“Con esperanza, luz y fuerza para ese cambio de consciencia”.
Quién lo iba a decir, que este año la primavera emergería sus primeros brotes en soledad, con escasas miradas para poderla contemplar y pocos paseos con los que nuestros pulmones de su aroma llenar.
No obstante, ahí estás, presentándote a tu cita anual. Mostrándonos a todos con fuerza la vida, aportando con sabiduría cómo de las cosas más simples florecen las cosas más bellas y sinceras.
Emergen las primeras flores tímidamente, y en su destape final, abren sus pétalos con tal elegancia y alegría que parecen que nos quisieran abrazar. Nos sonríen, nos saludan, y en cada paseo matinal, en cada mirada, mi corazón se deja atrapar de vuestra hermosura y colorido celestial.
Primavera, apertura a la vida, nuevo renacer que en estos “tiempos” que corren así el Universo se ha querido mostrar. Es el verde de tus prados el color de la sanación, la pintura que adorna mis cuadros con auténtica inspiración y los cálidos mensajes que calman el dolor de mi corazón.
Cada vez queda menos, para que los humanos nos fusionemos con tu despertar, para que abramos nuestras alas y la luz de nuestro corazón explorar. Ese día llegará, agradeciendo a los que ofrecieron su alma, a los que en sus carnes sintieron la enfermedad, a los que lloraron un ser querido en soledad, a los que comprendieron la palabra unidad, a los que compartieron la compasión y el perdón, y a los que entendieron la palabra libertad. Ese día, se creará la fusión de la belleza del colorido de tus flores con los abrazos y cercanía de corazones de los hombres. Y en ese mismo instante, Gaia dejará de temblar, y bajo la cálida luz del Sol todo el Universo sonreirá con auténtica paz.
Primavera, eres energía, eres vida, renovación. A la vez eres ternura, belleza y la luminosidad de los ojos que exploran la sabiduría del corazón. Eres el medio que calma mi ira, que acaricia los rincones de mi hígado con ese chikung tan sutil capaz de susurrarte al oído para decirte que te quiere. Sí primavera, mi organismo te quiere y agradece todo lo que has hecho por él estos años. Aliada de mi crecimiento, de mis risas y esperanza en esos días de noches oscuras del pasado. Ojalá, tras el momento de crisis global la humanidad recobre su despertar y no se deje encerrar en las oscuras cenizas del olvido mental. Gran pretexto es el olvido, para esas almas que se ciñen en la comodidad, nunca se dijo que el avance del alma fuera cómodo ni fácil de atisbar. Mis deseos futuros, de que cuando ese momento llegue, la humanidad pueda ver en tu nombre PRIMAVERA, en tu esencia, toda esa FUERZA y sabor a VIDA que cada instante con tu mensaje nos das.
Agradecida a la existencia, tengo la certeza y esperanza de que así sucederá.
NAMASTÉ
22/03/2020
Esther Tomás
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